Renga
Quisiera dar las gracias
por este pan sobre la mesa.
Si me llevara la vida entera
agradecer este desayuno
espérenme, por favor:
espérenme leyendo en los escaños
de una escalera que dirija a otra
escalera, divagando sobre
la calidad de los alimentos
recibidos y su relación
irrenunciable con la lengua.
En el intertanto
pueden practicar lecciones
de dibujo o algún instrumento
musical, pueden practicar
el camino del guerrero
-Gorin no sho, de Musashi-
y estudiar la forma en que
el enemigo intenta aprovechar
tus debilidades (saca ventaja
de que intente aprovechar
tus debilidades), escribir con
tinta invisible un mensaje
que lo confunda: el kanji
donde su muerte venga escrita.
Aprender la caligrafía de los hiragana.
El tono con que se dibujan las sombras
cuando el bambú se corta para usarlo
como un remo para defenderse contra el agua.
Aprender a esquivar los golpes
y la tinta demasiado gruesa.
Aprender a aprender a respirar.
****
Cristián Gómez Olivares es poeta y traductor. Reside en Estados Unidos, donde es profesor universitario de literatura en la Universidad de Cleveland. Ha publicado Alfabeto para nadie (Fuga, 2007), Como un ciego en una habitación a oscuras (Conaculta, 2005), Pie quebrado (Amarú, 2004, Premio de poesía Víctor Jara), Inessa Armand (La Calabaza del diablo, 2003), Homenaje a Chester Kallman (Luces de Gálibo, 2010), La casa de Trostky (La Isla de Siltolá, 2011) y Renga (Ediciones Liliputienses, 2015). Fue miembro del International Writing Program de la Universidad de Iowa y es padre de Carmen y Mariana.
***
Disponible: 10,40 euros
Quisiera dar las gracias
por este pan sobre la mesa.
Si me llevara la vida entera
agradecer este desayuno
espérenme, por favor:
espérenme leyendo en los escaños
de una escalera que dirija a otra
escalera, divagando sobre
la calidad de los alimentos
recibidos y su relación
irrenunciable con la lengua.
En el intertanto
pueden practicar lecciones
de dibujo o algún instrumento
musical, pueden practicar
el camino del guerrero
-Gorin no sho, de Musashi-
y estudiar la forma en que
el enemigo intenta aprovechar
tus debilidades (saca ventaja
de que intente aprovechar
tus debilidades), escribir con
tinta invisible un mensaje
que lo confunda: el kanji
donde su muerte venga escrita.
Aprender la caligrafía de los hiragana.
El tono con que se dibujan las sombras
cuando el bambú se corta para usarlo
como un remo para defenderse contra el agua.
Aprender a esquivar los golpes
y la tinta demasiado gruesa.
Aprender a aprender a respirar.
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Cristián Gómez Olivares es poeta y traductor. Reside en Estados Unidos, donde es profesor universitario de literatura en la Universidad de Cleveland. Ha publicado Alfabeto para nadie (Fuga, 2007), Como un ciego en una habitación a oscuras (Conaculta, 2005), Pie quebrado (Amarú, 2004, Premio de poesía Víctor Jara), Inessa Armand (La Calabaza del diablo, 2003), Homenaje a Chester Kallman (Luces de Gálibo, 2010), La casa de Trostky (La Isla de Siltolá, 2011) y Renga (Ediciones Liliputienses, 2015). Fue miembro del International Writing Program de la Universidad de Iowa y es padre de Carmen y Mariana.
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Disponible: 10,40 euros