Valeria Mussio: Nuestros refugios a medio armar

 

le hice un altar a patti smith en mi cuarto

y mientras le rezo pienso en el primer

hijo que tuvo y decidió

dar en adopción. considero

la posibilidad de existir como hijo

de patti smith pero lejos de patti smith,

ser la razón que podría haberla

convertido en una maestra jardinera y no

una adolescente de 19 años que toma

un colectivo se cruza

a robert mapplethorpe y le pide, descarada

que si piensa regalarle a una chica

aquel collar violeta que esa chica sea

únicamente ella. cuartos con estrellas

de seis puntas y tules oscuros con dibujos

porno y polaroids tapando las ventanas,

toda la música que no hubiera

sucedido si el hijo dado

en adopción de patti hubiera atado

sus tobillos como estacas en la tierra, pienso

en sus noches sentado en el porche

de su casa de estadounidense promedio

con su esposa promedio y sus hijos

debajo del promedio, noches de verano

sofocantes cada vez menos luciérnagas

una cerveza que se calienta mientras mete

su mano en su calzón imaginando

formas en los pastos mientras la otra

mano abolla una lata vacía. pienso en dios,

porque antes de patti estuvo la primera

comunión y el primer sorbo de vino

que no anticipó nada de lo que estaba

por pasar, pienso en dios

que debería haber tenido miles de hijos pero uno

solo descendió para nacer de entre las piernas

sangrantes de una mujer pobre en medio oriente,

en lo que debe ser saberse el único hijo

destinado a morir, a morir como morimos

    los demás

a sentir dolor en el cuerpo como en el cuerpo

sentimos los demás, personas comunes

    amontonadas

en patios con el pasto crecido abanicándonos

con revistas que dejaron de imprimirse

    y se acumulan

porque nunca nos decidimos a tirarlas,

    con mosquitos

pegoteándose en nuestra piel sudada, aventurando

dedos que se filtran entre muslos que se abren

de a poco, en clavículas que se estremecen pelos

que se erizan con el tacto porque el hijo de dios

    murió

por los pecados de alguien

pero no por los nuestros

 

***

NOTA BIOGRÁFICA

 

Valeria Mussio (Tres Arroyos, Argentina,  1996). Dirige la editorial Matrerita y desde ese lugar experimenta con diversos formatos de literatura digital. Participó de algunos festivales y muestras, entre ellos, como residente en el 27 Festival Internacional de Poesía de Rosario en el 2019 y en la muestra Poesía URL del FILBA en el 2020. Forma parte del proyecto Isla Invisible. Fue seleccio-nada en la convocatoria Poesía de La Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, edición 2021-2022. Publicó Manual de supervivencia para un ataque de ira, por HD Ediciones, y ¡Hasta pronto, querida! por Peces de Ciudad.

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