Quae ascendit deveniatur
La gente puede extraviarse de por vida en un elevador.
Arquímedes lo sabía,
por eso inventó uno.
El viejo genio utilizó poleas,
contrapesos, alarmas y botones de emergencia,
bajo la consigna de ganar el cielo
con el menor gasto de energía.
Un día descubrió que un mozo
disfrazado de botones
haría más tortuosa la música de espera
que ameniza el trayecto
al preguntarnos el piso
sin dejar de escarbarse
los dientes con un palillo.
Usaba la ley de gravitación universal a su favor,
pero no reparaba en gastos
al provocar sacudidas inesperadas,
apagones de luz y ataques de ansiedad.
En sus últimos años, su misantropía
llegó a niveles de una sutileza aterradora:
dio con 36 horas o más de encierro,
falta de oxígeno, claustrofobia
y por último canibalismo
(el sexo arrebatado llegaría siglos después
con el concilio de Trento).
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NOTA BIOGRÁFICA
Raciel Quirino es egresado de la Universidad Autónoma de México de la Licenciatura de Lengua y Literatura Hispánicas. Ha publicado el libro de poesía Western (Feta, 2012). Sus obras se han publicado en revistas como Tierra Adentro (Conaculta), La palabra y el hombre (Universidad Veracruzana), Casa del tiempo (Universidad Autónoma Metropolitana) y Periódico de poesía (UNAM), por nombrar algunas. Participó como becario en el Programa Jóvenes Creadores (FONCA) en el periodo de 2013-2014 y en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en el periodo de 2018-2019. También ha impartido talleres de creación literaria para adolescentes y adultos en distintas entidades de la República mexicana.
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